lunes, 18 de abril de 2011

Daños colaterales

Los que producimos cuando abrimos la boca sin calcular. Más a menudo de lo necesario. A veces de manera consciente, no tanto otras. Todo lo que decimos tiene unas consecuencias, produce unas sensaciones: alegría, tristeza, reflexión y, en muchas ocasiones, dolor. No me refiero a cuando se da una mala noticia...en ese caso procuramos mitigar el dolor que vamos a producir. Me refiero al dolor de la humillación, de la difamación, de la divulgación del secreto, del desprecio a la confidencia, de la traición, del avasallamiento.....no medimos. La incontinencia verbal es lo que tiene. Pero se cura, solo tenemos que contar hasta mil antes de hablar :) y pegar sobre nuestro cabecero el lema: DESARMAR LA PALABRA, para que no se nos olvide.

1 comentario:

  1. Mil es un número muy alto, pero así y todo puede ser pequeño si los daños colaterales de los que hablas pueden producir un dolor mayor y ajeno a la propia persona.

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